miércoles, 30 de noviembre de 2011

Here comes the sun.

Miras al reloj como si tu vida dependiese de ello, las cuatro de la tarde. Te pones los cascos y a dormir. Una sensación de satisfacción te entra de repente cuando suena ese Here Comes The Sun, todo se vuelve más extraño, ya llega el sol. Mientras Harrison acaricia su guitarra con ternura te pones a pensar en el vídeo de la canción, como sería vivir en ese mundo... En ese submarino amarillo. Todo a color, una evasión completa de la realidad... ¿Una fantasía o quizás una pesadilla? Claro está bien eso de ser libre y tal pero sería un tanto aburrido tenerlo todo a tu disposición, no luchar por nada.